La función espiritual de los mitos consiste en servir de orientación al alma en su camino a modo de mapa o de pequeños hitos.
El mito de Quirón, ese centauro herido pero dedicado a la sanación, es en sí mismo el testimonio de la realidad paradójica con la que cualquier persona ha de convivir en relación con sus cicatrices o temas inconclusos; en especial las personas que nos dedicamos al acompañamiento terapéutico
En una sociedad y tiempo histórico en los que la presión cultural nos empuja a perfeccionarnos y sacarnos brillo, es más necesario que nunca aprender de la historia de este ser y del alcance de la actitud con la que afronta su vida.
A pesar de haber sido instruido en las artes de la medicina, de la música y del arco por los mismísimos dioses Atenea y Apolo (y llegar a ser un gran maestro de la sanación), Quirón nunca pudo llegar a curar del todo su propia herida. Aprendió a convivir con ella, sin que eso le restara un ápice de dignidad y sabiduría en el ejercicio de su arte.
Lejos de ser una invitación al pesimismo, rescata una visión profunda de la salud como la aceptación de lo que somos y lo que fue, de tal manera que nuestra historia no nos limite en el ejercicio de nuestras virtudes y en el gustito de ser quienes somos.
No hay que ser perfecto para ser. Y, al mismo tiempo, ser requiere de una actitud consciente de quien uno es.
De hecho, si te paras a pensar, aquello que podría llamarse «tu arte» estará íntimamente relacionado con una pequeña herida personal. Aquello que más te duele a ti, es en lo que curas a los demás con naturalidad y artesanía.
Te invito a que dediques un tiempo a reflexionar sobre esto.
La terapia Gestalt está en sintonía con esta misma frecuencia a la hora de reflexionar sobre la figura del terapeuta, de su camino y de su labor.
Entiende que la persona que se coloca en el lugar de terapeuta es alguien que ha recorrido un camino propio en relación a su historia. Alguien que ha renunciado a la fantasía de la curación absoluta como quien se somete a una operación estética para ser perfecto e impoluto. Alguien que es consciente de que el viaje personal está siempre vivo y que siempre hay algo nuevo que descubrir, tratar o asimilar.
Es la única garantía de una actitud comprensiva, humana y compasiva con quien se lanza a la aventura del auto-conocimiento y de la transformación personal. Porque cada quien solo puede acompañar a las personas hasta los lugares que ha transitado personalmente.
Busca más sobre Quirón. Su historia es preciosa. Déjate conmover por su viaje.
Y cuando sientas la conmoción de su sabiduría profunda, reconoce el Quirón que hay en ti.
Me encantará saber de tu historia.